Hace unos dias me llego un mail con la noticia de un discurso de una excelente estudiante mexicana, se que la nota ya es algo viejita (4 de junio 2007) pero me parece que es necesario difundirla ya que en la historia de la humanidad han existido grandes discursos y porque admirar solo los discursos de los mandatarios o de personas "importantes", si mentes tales como la de esta niña llegaran a ser los mandatarios del mañana.
El nombre de esta excelente niña es Carolina Aranda Cruz y tiene diez años, estudia el quinto grado de primaria en el Liceo Japonés, y a su corta edad es una persona preocupada por la ciencia y la educación en México. Así lo demostró en el discurso que escribió y leyó hace algunos días en el Congreso Mexicano de Pediatría, en donde expresó con claridad y madurez la urgente necesidad de dar a los niños y jóvenes de México una educación de calidad, además instó al gobierno a atender su responsabilidad para incrementar los apoyos a la investigación científica. Así es, en un País en desarrollo en el que se lee muy poco, en donde los políticos y los futbolistas se enriquecen pese a su mediocre capacidad, esta niña nos ha recordado a todos que una Nación que privilegia lo banal e ignora lo trascendente se cierra las puertas del futuro.
El texto íntegro de su discurso que transcribo a continuación, fue tomado del periódico Reforma en su edición del martes 5 de junio de 2007. Lea y reflexione...
A las personas de hoy casi no les interesa la ciencia; les interesa más el fútbol. Los periódicos pocas veces tienen notas de ciencia y la radio y la televisión casi nunca. Sólo publican cuando ocurre algo que no pueden ocultar, como cuando llegó a la luna Neil Armstrong.
Todos los días aparecen notas de fútbol, entrevistas con jugadores y hasta nos cuentan chismes de su vida: que si Galilea Montijo fue novia de Cuauhtémoc Blanco… pero no toman en cuenta que tenemos derecho a estar bien informados sobre ciencia. Y así como sabemos tanto de fútbol sabemos tan poco y tan mal de nuestros científicos que da pena. Ese es el caso de Guillermo Haro. Guillermo Haro, astrónomo mexicano, descubrió cometas y muchos cuerpos celestes y no cuenta siquiera con una biografía.
He visitado nueve grandes librerías y ninguna tiene nada sobre él. ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo: gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, Los iPod, los simuladores.
Además, salvo en algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya no. Estoy segura que México es de los países que tienen algunos de los mejores científicos. Además nos hacen quedar muy bien. Son como los atletas paralímpicos que, sin apoyo, ganan medallas.
¿Por qué no apoyar una educación de excelencia? Tenemos derecho a ella. ¿Alguno de ustedes conoce a Guillermo Haro? Supongo que muy pocos. Y los que no, no tienen la culpa: cuando nuestro equipo de fútbol gana partidos de poca importancia hasta el Presidente los felicita y los entrevistan en todos lados. Cuando Guillermo Haro descubrió varias estrellas rojas y azules sólo lo felicitaron otros científicos.
Gracias a la ciencia calentamos en unos segundos la comida en el microondas, gracias a la ciencia nuestras madres no se pasan la vida lavando pañales. Estos inventos son resultado de las misiones al espacio. Por los científicos nuestra ropa es ligera y abrigadora. Por ellos podemos leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetros un partido de fútbol.
¿Les gusta la televisión a colores? Yo nunca conocí una en blanco y negro, y la televisión a colores fue invento del mexicano Guillermo González Camarena. Gracias a los científicos mexicanos podemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabrican los mejores lentes de astronomía.
Hace un año el Instituto de Astronomía de la UNAM envió a las Islas Canarias un instrumento de precisión para el que será el observatorio más importante del mundo. Tiene nueve lentes y 270 piezas.
Y mirar astros nos debe importar porque somos, como escribió Carl Sagan, “polvo de estrellas”, de allí venimos. Países desarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japón invierten mucho apoyo en ciencia. México cada vez invierte menos, y pese a ello contamos con grandes científicos como Guillermo Haro, que vivió y murió siendo un desconocido.
El premio Nóbel de Química, Mario Molina nació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos. Por desgracia no es el único caso. Muchos jóvenes científicos hacen lo mismo.
¿No podría nuestro gobierno invertir más en educación? Tenemos derecho a una educación de excelencia.
Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor Universidad de Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia y educación siempre será un País pobre ¿Queremos un México pobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros Mario Molina se vayan a otros países?
Pobre México nuestro tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia.